martes, 19 de diciembre de 2017

SUCEDIDOS


Todo lo que sucede sucede necesariamente, nos confirma Arthur Schopenhauer.

Pues  no. Mire usted que no.

Al menos, no necesariamente para todos ni a todos por igual. Las loterías –sin ir más lejos– nos dan un buen ejemplo de lo contrario. ¿Era necesario que [de buena suerte] el premio gordo le tocase a “*” o lo era que los demás participantes [de mala suerte] perdieran a la vez sus dineros y su ilusiones? El cumplimiento de la necesidad acarrea injusticia, y al menos por respeto hacia los que continúan necesitados, no deberíamos conformarnos con que la necesidad no se reparta por igual.

Todo lo que sucede sucede por suerte, alterna e injustamente buena y mala, corrigió el trilero de la calle de Fuencarral.

Lo que en cualquier caso cabe valorar desde una perspectiva nihilista –ahora hablaba un joven Ferrán Vasater con la mirada perdida en el horizonte– es la búsqueda permanente del proyecto del bien desmentida por los sucedidos universales. Imagino un pacto entre un número en permanente crecimiento de apostadores que se repartirían el premio que a uno sólo de ellos le habría correspondido en la ocasión. Pero a) siendo incalculable el numero de apostadores, b) estando determinada a priori la cuantía del premio y c) reservándose una buena parte del monto de las apuestas conseguido para los propios organizadores y el mantenimiento del ‘juego’, con mayor rigor al respecto de lo que tratamos, deberíamos decir que

Todo lo que sucede sucede intencionadamente.

Intervino, entonces, el siempre inoportuno Max, erre que erre. Por conveniente para el diálogo, puedo aceptar sin excesivo reparo la repartición de lo que es de uno entre el todos del cual forma parte voluntariamente. Mas veo que por encima de esto, sigue sobrevolando la desigualdad natural de los seres, a los que ni la necesidad ni la suerte ni la intención iguala. Sólo el Derecho, pero bien que de manera harto artificiosa y siempre mediante la aplicación sobre ellos de la fuerza apropiada. Por tanto, mis queridos colegas, pongámonos por una vez de acuerdo y salgamos de este embrollo con una resolución que a todos nos satisfaga:

Todo lo que sucede sucede legalmente… o no sucede.
                                                                                                         (Panfleto de la Asamblea de Pensadores Independientes. API)

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