Marx,
Carlos Marx, entendía la lucha de clases (ñoño paradigma) en tanto el firme
avance de los peones sobre un tablero de ajedrez, même; avance que terminaría
por asfixiar a la clases burguesas y reaccionaria: reyes, reinas, alfiles,
caballos y torres (más altas cayeron).
Lenin,
Vladimir Ilich Uliánov, años más tarde, desarrolló el bolchevismo, que a
expensas del históricamente inevitable derribo de la burguesía por parte de la
clase obrera, a fuerza de arrebatarle los espacios del tablero donde tiene
lugar el concurso dialéctico, determinará como la auténtica fuerza del proletariado
en marcha reside en la manera oblicua, de soslayo, al bies, con que los peones
del ancestral ajedrez se ‘comen’ a sus enemigos cuando los tienen a mano.