lunes, 31 de agosto de 2015

LA TRAICIÓN






El poeta Paul Eluard y don Psicoanálisis Ramplón, a día de hoy, un viernes de finales de agosto del año dos mil quince, todavía lo sostienen y proclaman a los cuatro vientos con una rabia extremosa, aun cuando hace tiempo que esa rabia, ira de fiera, enfado tremendo de niño chico y mimado, se ha vuelto contra ellos: Hay otros mundos pero están en éste. Le supongo a ambos la mejor de las buenas voluntades, y por ello que su traición sea más mezquina, torcida y retorcida que la de aquel que, ya desde antes de unirse al grupo, tenía tomada la firme decisión, el convencimiento sereno de hundirlo desde dentro. 

Gregorio Samsa se levanta una buena mañana transformado en un escarabajo de enorme barriga. El doctor Jekill prueba un mejunje que él mismo ha preparado y pasa ser el temible mister Hyde. Rimbaud, Arturo Rimbaud, de buenas a primeras deja de escribir ardorosos poemas contra el mundo donde vive y pone todo su arte en redactar las cartas de un pedigüeño en Abisinia ¡nunca será Guadalajara! Sigmund Freud sale del hedor (sexo y muerte) de la morgue parisina y en el aire fresco de la tarde, no faltan unas gotas de lluvia, mientras busca un café donde guarecerse, aprovecha un instante de fingida lucidez para pasarle al hijo el peso de la culpa. Un mes de octubre de mil novecientos diecisiete, los rusos se levantan de la cama sumidos en su destino revolucionario, ya previsto en la agenda de un tal Lenin. El Aullido de Allen Ginsberg convive con el silencio de John Cage. Todo es música celestial. Hay otros mundos pero están en éste.

¿Cómo no nos habíamos dado cuenta? ¿Cómo hemos podido echar tanto (tiempo y dineros) en identificar al realquilado que nos habita? Por lo natural permanece en su habitación procurando no molestarnos para que así tampoco le molestemos nosotros a él. Pero de cuando en cuando parece sublevarse (quizá porque no atendemos las obras que el edificio compartido reclama) y se presenta en-tu-lugar-el-suyo. Buenaventura Durruti Domínguez lo vio venir: Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones; y ese mundo está creciendo en este instante. También Michel Maffesoli: ...una nueva lucidez surge cada vez que un mundo se termina. Entre medias, una guerra que a punto anduvo de acabar con los cuatro, Durruti, Maffesoli, el mundo viejo y el mundo nuevo. Pero no. Quiso dios que los mundos –al menos los mundos que él mismo había creado- aprendieran a vivir en paralelo. El caballo blanco y negro /del día y de la noche sobre el que se montó Camarón, una noche de invierno en la que un viajero llamó a su puerta. ¡Quién lo diría!, dicen que comentó: Hay otros mundos pero están en este.

lunes, 17 de agosto de 2015

MUCHOS SON LOS LLAMADOS Y POCOS LOS ELEGIDOS





...a cualquier persona sensata, razonable y normal. Así arremete el espetado (o sea: tieso y afectando gravedad y majestad) Mariano Rajoy contra los firmantes de la denuncia judicial (psoe) a su Ministro de Interior por su entrevista personal (o sea: de sólo Jorge Fernández Díaz en ocupación ilícita del despacho del Ministro del Interior) con Rodrigo Rato. Podían haber escogido quedar en casa o citarse en un bar de alterne, en una terraza a la sombra de los tilos o en el zoológico, como suele ocurrir con frecuencia en las películas de espías. Pero no, Jorge y Rodrigo prefirieron reunirse en el despacho del Ministro por seguridad. No sea que los vieran. Y los vieron. Y como los que se ocultan son sospechosos de andar con secretitos, los que los vieron, o le dijeron otros que los habían visto, en lugar de actuar como cualquier persona sensata, razonable y normal, se dirigieron directamente al Juzgado de Guardia a denunciar el hecho, que en sí es poca cosa, la verdad.

Particularmente, este asunto a mí no me subleva. ¿Qué más dará –me digo entre cínico y apaciguado por estos calores veraniegos que tumban bosques, aunque con cierta ayuda externa ‘naturalmente’- que se reúnan, hablen por teléfono, se carteen, se manden telegramas o tuiteen de manera desaforada, como adolescentes con acné? Dios los cría y ellos se juntan, y entre mandos ¿qué problema hay? Además, actuaron como cualquier persona sensata, razonable y normal yendo a hablar en aparte, sin molestar a nadie con su cháchara. Pero, como siempre estoy a mis cosas, sí me ha alarmado, me ha puesto de los nervios la clasificación que hace el señor Rajoy de las personas, dividiéndolas en sensatas, razonables y normales.

Hasta el presente me bastaba con pensar que alguien –incluso yo- sensato y razonable era normal. Lo bastante normal como para, en su estado natural, ser sensato y razonable. Pero, por lo que veo, no debe ser así. Según nuestro querido Presidente, la sensatez y la razón, en ese orden, no son categorías suficientes para hacer de las personas unas personas normales. Sólo son normales aquellas personas sensatas, razonables y, por supuesto, normales. Si se es prudente, por ello no se es normal sino pusilánime. Se puede discurrir desde una razón obtusa que no hace normal sino herético. Sólo quien es normal es normal.

Seguro que el señor Rajoy ‘entiende’ la tautología, por algo es el presidente. Poco importa si a los demás nos deja perplejos el tener que enfrentarnos al hecho de ser unos anormales que se creían lo contrario por venir actuando sensata y razonablemente. Porque ¡a saber a quién va a votar cuando llegue el día de botarlos! No sea sensato. No sea racional. Limítese a ser normal, aunque no sepa lo que es eso. Hay quienes sí que lo saben.